


Efimeroteca



En la primera parte del artículo definí mi punto de vista sobre el Apocalipsis desligándolo del ombliguismo humano y entré en el polémico debate de la vida en otras partes del universo. Respecto a esto último, no sabemos ni podemos asegurar al 100% que la vida exista fuera de nuestro planeta, aunque como señalé, las evidencias apuntan hacia esa dirección.
Si la vida se desarrolla en otras partes, el hecho de que desaparezcamos o no, cobra cierto relativismo. No es tan imporante como el hecho de una exterminación universal desde el punto de vista comoslógico.
Pero ya que de momento toda la vida que conocemos en el Universo está en nuestro planeta, ¿cuáles son las principales amenazas?.
- La autodestrucción: Celebrando San Juan a nivel planetario
En la ecuación de Drake, que comenté en la anterior parte, la última incógnita hace referencia a la capacidad de autoaniquilación de una especie desarrollada tecnológicamente. Nuestra capacidad destructiva se ha multiplicado de forma exponencial en el último siglo. Tal ha sido el nivel mortífero de nuestras armas, que el concepto de guerra ha cambiado para denominarse suicidio. Cualquier potencia es conocedora que un ataque nuclear total dejaría al ser humano en condiciones postapocalípticas y lo condenaría a su propia extinción.
El número de misiles nucleares está más o menos contabilizado en unos 14.000. El lanzamiento de 3.000 misiles sería un número suficiente para dejar nuestro planeta en un invierno nuclear. Pero como la gente tiene el dedo flojo, uno se vuelve loco pulsando botones, lo más probable es que se tiren 8.000 o 10.000 bombas durante aproximadamente 60 minutos. El resto de misiles o bien han sido destruidos antes del lanzamiento, o bien un motín interno por la crisis lo evitó, o bien tuvieron fallos mecánicos o electrónicos por falta de mantenimiento.
Sea cual sea el caso, todos los supervivientes se encontrarían en las peores condiciones de toda la historia de la humanidad. Toda la tecnología electrónica se habrá perdido por los pulsos electromágneticos de los ataques. Sin tecnología y con nuestras minas superexplotadas e inaccesibles, no tendríamos recursos ni energía. Supondría el regreso a la edad de la piedra sin posibilidad de superarla en millones de años. Los humanos, todos los humanos, morirán tarde o temprano después de los fuegos artificiales.
La mayoría de las plantas y animales habrán muerto o morirán por las exposiciones directas, o por los efectos colaterales del día después. El planeta quedaría ensombrecido durante años por una densa capa de cenizas que impiden que la luz traspase la atmósfera. Esto provocará que la Tierra se enfríe (fantástica forma de acabar con el calentamiento global), y entraríamos en una era glacial… sólo que además, como nos gustan los retos, sería una era glacial radioactiva.
Posiblemente acabaríamos con casi todos los seres vivos…. pero realmente aún a pesar de todo, no acabaríamos con la vida. El planeta quedaría gobernado por los seres más simples y aquellos con una capacidad muy alta a resistir radioactividad, sobrevirían.
Nosostros nos bajamos del tren de la vida y las cucarachas serían la futura especie dominante por todo el planeta, compartiendo podium con los escorpiones.
Entonces, es cuando nos visitarán los marcianos.
- Impacto de meteorito: ¡Qué viene Apophis!
De forma natural ocurre que en nuestro planeta ocurre un impacto de gran envergadura en lapsus de tiempo de unos 100 millones de años de media. Nos acercamos a este umbral crítico desde la extinción de los dinosaurios. ¿Nos tocará a nosotros? (99942) Apophis es uno de los meteoritos detectados con gran posibilidad de impactar con la Tierra.
De hecho, se calcula que en el año 2029 nos visitará a tan solo 35.000 km de la Tierra (en términos cosmológicos, es comparable a que una bala pase a menos de 1 cm de tu cabeza).
Cuando Apophis roce la Tierra, si por alguna maligna fluctuación gravitatoria se desvía, podría llegar a estrellarse con nuestro planeta en el 2036.
La energía liberada sería equivalente a un ataque nuclear de escala mundial, con una potencia 40.000 veces mayor a la bomba de Hiroshima. Quedando excluído el gran problema de la radiactividad, el planeta entero vibrará ante la sacudida, generando erupciones volcánicas y terremotos que agravarán mucho más el daño directo del impacto, el vapor de roca y la onda de choque.
La vida luchará en un pulso contra la exterminación. Podría llegar a adaptarse al medio y evolucionar, para obtener nuevas e interesantes especies. Hablamos de un proceso recuperativo de decenas de millones de años.
¿Nosotros? nosotros no estaremos para contar nada después de la visita de Apophis, en ningún caso. Tampoco te pierdes nada, todo roto y tirado por el suelo.
- Supervolcán: Erupción de Yellowstone
Todo Yellowstone, es precioso, es uno de los paisajes más impresionantes del planeta, me muero de ganas por visitarlo. Toda esa actividad y artificio, esconde debajo una auténtica bomba de relojería. Y como no hay cable amarillo que cortar, es inevitable que acabe por explotar. Literalmente.
Es un volcán único que poco tiene que ver con el resto de volcanes del planeta. Por alguna explicación tectónica, nuestro planeta siempre tiene este grano interior lleno de lava y gas. Cuando estalla, el bulto se traslada a otra parte del planeta y poco a poco comienza a inflarse, repitiendo de nuevo la historia. Es como mezclar una adolescente con chocolate 90%.
La erupción de Yellowstone, será en un sólo golpe, emanando una nube letal muy caliente y tóxica que correría como un viento huracanado por toda la superficie de EEUU. El polvo de la ceniza es muy fino y se cuela por cualquier fisura, inutilizando coches, obstruyendo ventilaciones, bloqueando engranajes, …
Respirar ceniza volcánica durante mucho tiempo llegaría a matarte, tus pulmones se rasgarían con los granos de ceniza que están afilados como cuchillas. Y podrías desarrollar extrañas enfermedades como la silicosis.
La última erupción fue en Indonesia hace 75.000 años, siendo el epicentro el lago Toba. Diezmó a los humanos hasta los 1.000 ejemplares. Desde entonces todos los hombres compartimos un cromosoma idéntico entre nosotros ya que la especie proliferó a partir de un “Adán” común. Se ligaba muy poco después del holocausto volcánico, pero un guaperas se las llevó a todas al huerto.
Las consecuencias nos dejarían un planeta desolador y difícil: escasez de agua potable, enfermedades proliferando como plagas y un continente totalmente devastado, reducido a cenizas, que será fantástico para rodar escenas de Mordor.
Este evento casi nos extermina en el pasado, y como a nosotros a otras muchas especies. Algunas, sin embargo, no corrieron tanta suerte como nosotros y sucumbieron.
Si hemos podido sobrevivir en el pasado es probable que ahora que disponemos de más medios tecnológicos podamos continuar.
Como hemos visto la vida, en cualquiera de los tres casos, no se acabaría. Entonces… ¿qué puede exterminar toda la vida?
La respuesta en la siguiente parte.



Deja un comentario soy todo ojos...
